NATURALEZA
Dos de cada tres denuncias de ataques de buitres al ganado se desechan
En Gipuzkoa se han formalizado en cinco años 39 reclamaciones, por 477 en Navarra y 254 en Araba. Científicos piden en la revista 'Nature' un diálogo con administraciones y ganaderos para analizar el conflicto
05.01.12 - 02:44 -
Expertos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universidad de Berna y técnicos de la administración de Navarra alertan del «difícil conflicto» que existe en la península entre los ganaderos y los buitres como consecuencia, de un lado, por los ataques de las aves carroñeras y, de otro, por la colocación de cebos envenenados que ponen en peligro a especies amenazadas. Los expertos creen que ha llegado el momento de que se produzca un «diálogo entre científicos, ganaderos y administraciones para establecer las directrices que permitan solucionar este conflicto emergente».
Los científicos han hecho pública su preocupación en el último número de la revista 'Nature'. Aseguran que «en el norte de España, entre 2005-2010 hubo 1.165 denuncias de ataques, de las cuales cerca del 70% fueron desechadas», toda vez que no fue posible probar que las aves fueran las responsables de las muertes.
Uno de los firmantes del artículo es Antonio Margalida, toda una autoridad en la materia. Ha dedicado los últimos 22 años al estudio y conservación de las aves carroñeras y, en especial, del quebrantahuesos, especie de la que ha publicado más de 40 artículos científicos, dos libros y de la que ha escrito su tesis doctoral. Como investigador asociado al Instituto de Ecología y Evolución de la Universidad de Berna, durante los últimos años ha realizado asistencias técnicas relacionadas con el quebrantahuesos para la Generalitat de Catalunya y el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino.
Margalida es, asimismo, coautor de un estudio realizado a instancias de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, en el que se describen las investigaciones más recientes sobre las cuatro especies de buitres europeos y se analiza, entre otros, el controvertido comportamiento de los 'leonados' y los posibles ataques al ganado.
Margalida señala que de las más de mil denuncias cursadas en los últimos cinco años por ataques, 39 se corresponden a Gipuzkoa, donde, sin embargo, no se han pagado indemnizaciones.
En el período 2006-2010 en Navarra se recibieron 477 denuncias de las cuales se indemnizaron 124. En Araba para el mismo periodo se tramitaron 254 de las cuales se indemnizaron 133.
Crecimiento de la especie
La población de buitres leonados había experimentado en las últimas décadas un notable crecimiento, motivado, según Antoni Margalida, por dos factores: la reducción de las causas de mortalidad «no natural» como fue el cese en su persecución con armas de fuego o venenos, y la importante disponibilidad de alimento, ya sea natural o a través de la creación de muladares.
Los datos del último censo realizado en 2008 arrojaron una cifra de 805 parejas para el País Vasco y 2.783 para Navarra. «El número total de parejas en la cordillera pirenaica es difícil establecerla con precisión pero podemos estimar una población cercana a 5.000 parejas», señala Margalida.
Se calcula que España alberga el 95% de la población europea de aves carroñeras -buitre leonado, buitre negro, alimoche y quebrantahuesos-, siendo la población de buitre leonado con cerca de 26 000 parejas, la más abundante.
Sin embargo, en 2001 el brote de encefalopatía espongiforme bovina o enfermedad de las vacas locas provocó que la Unión Europea prohibiera que se depositaran los cadáveres en el campo y obligó a destruirlos o reutilizarlos en instalaciones autorizadas.
Esta medida tuvo un gran impacto en la población de buitres y produjo un déficit de alimentación que a su vez tuvo consecuencias demográficas y comportamentales importantes. Uno de los efectos atribuidos por la mayoría de ganaderos es que esta falta de comida propició un «cambio en el comportamiento» de los buitres lo que, en su opinión, les indujo a atacar a ejemplares vivos.
Sin embargo, los investigadores sostienen que las causas de la muerte del ganado pueden ser múltiples y complejas e indican que «su identificación requiere abordar la problemática desde una aproximación científica rigurosa».
La casuística de los ataques es siempre muy parecida. «Generalmente, las denuncias se centran en 'ataques' a animales que están pariendo y que se encuentran muy debilitados. Los buitres se amontonan para ingerir la placenta o cualquier otro resto que puedan encontrar, incluyendo el ejemplar recién parido si ha nacido muerto. Y si el animal está muy debilitado o no ofrece resistencia, las aves pueden acabar provocándole lesiones mortales y comiéndoselo», explica Margalida.
Generalmente todas las denuncias analizadas se refieren a «ataques» a ganado muy debilitado, después de un parto, o enfermo. «La agresión a ganado sano sería muy difícil para una especie que no tiene ni el pico ni las garras adaptadas y cuyo comportamiento, desde el punto de vista evolutivo, no puede cambiar de un día para otro», reconoce Margalida.
Diálogo
Las necropsias realizadas hace pocos años por un equipo de veterinarios en Navarra a cerca de un centenar de denuncias de animales presuntamente atacados y matados por los buitres demostró que en más del 80% el animal ya estaba muerto.
Los firmantes del documento en 'Nature' señalan que «la falta de datos científicos» y la «magnificación del problema» han creado una alarma social que requiere de un urgente diálogo entre científicos, ganaderos y administraciones para establecer las directrices que permitan solucionar este conflicto emergente. «Durante milenios, estas especies han ofrecido servicios a los ecosistemas al eliminar los cadáveres que podrían constituir focos de infección y enfermedades y ha sido verdaderos aliados de los ganaderos», explica Antoni Margalida.
Los investigadores recuerdan, además, que esta situación ha dado lugar a un incremento en casos de envenenamiento de buitres. Entre 2005 y 2010 se ha documentado en el conjunto de España 243 casos de envenenamientos de buitres, algunos de ellos dirigidos intencionadamente contra buitres leonados. «Los efectos colaterales del uso ilegal de cebos envenenados en otras especies amenazadas como el quebrantahuesos o el alimoche constituyen una importante amenaza para la conservación de estas especies» explica Antoni Margalida.
Fuente: aquí
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