Los cazadores españoles, sin relevo generacional
El colectivo de cazadores españoles suma hoy unas 800.000 personas, un número que ha ido en 'caída libre' durante las dos últimas décadas a razón de 30.000 personas al año.
Desde los 90 hasta la fecha han bajado las licencias de escopetas y rifles, de 1,4 millones a 960.000, y lo mismo ocurre con los amantes de la caza: han descendido de más de 1,3 millones a 800.000.
Así lo reflejan los datos del director general de la fundación de la Real Federación Española de Caza (FEDENCA), José Luis Garrido, que explica a Efe las principales causas de este declive: la crisis -aunque es la menos 'culpable'; la elevada edad de los cazadores y la falta de relevo generacional y, por último, el 'impacto bambi'.
La caza genera más volumen de negocio que sectores como el vitivinícola y crea por temporada, de octubre a diciembre, hasta 100.000 empleos directos e indirectos.
Aunque hay más de 900.000 licencias de armas para cazar, el total de cazadores asciende a unos 800.000 ya que se necesita una licencia por cada comunidad autónoma donde se practique la actividad, estima Garrido.
A modo de ejemplo de la 'caída libre' que sufre el sector, el director general de FEDENCA aporta los siguientes datos: en 1950 había 195.000 licencias; en 1960 sumaron 298.000; en 1970 superaron los 662.000; en los 80 ascendieron a 1.150.000; en 1990 fueron 1.443.000; en 2000 bajaron hasta 1.183.000 y el año pasado llegaron a los 967.000.
Entre los motivos del descenso, constata el hecho de que la 'cantera no se renueva', porque los jóvenes tienen hoy 'otro sistema de diversión y se acuestan cuando nosotros nos levantamos para ir al campo'.
Además, hasta el año 2007 'el coste de cazar ha venido subiendo de forma sostenida, lo que tampoco invita a los jóvenes' a practicar la caza.
Y, por último, también existe la 'cuestión psicológica': el 'impacto bambi', que lleva a confundir 'lo cruento con lo cruel'.
Garrido ha defendido, en este sentido, que si no existieran los cazadores habría que crear un 'cuerpo' específico para controlar las poblaciones de jabalíes, corzos etcétera para atenuar los daños a la agricultura u otras actividades humanas de estos animales.
En los últimos diez años, los cazadores han matado a millón y medio de jabalíes y 50 millones de conejos en España.
Por otro lado, ha subrayado Garrido, 'ha habido aprovechamientos abusivos que han sensibilizado al sector, y se ha degenerado en caza menos selectiva, de modo que hay pocas perdices silvestres, la mayoría son repobladas'.
Esto 'ha quitado valor a la caza, ya que ha disminuido la dificultad del lance'.
En España, las piezas más comunes de caza menor son la perdiz roja, el conejo y la liebre, y el venado, jabalí y corzo, de caza mayor.
¿Será que el sex-ratio está demasiado sesgado en el colectivo? ¿Les faltará hábitat adecuado? ¿Sufrirán depredación excesiva? ¿Alguien los estará envenenando? ¿No se excitarán lo suficiente? ¿Demasiados problemas prostáticos? ¿Les ganarán sus competidores? ¿Se reproducen menos de lo que debieran? ¿Mucha escopeta pero poca munición? ¿Los jabalíes habían comido porquerías? ¿Se habrán acostumbrado a vivir entre algodoncitos administrativos y ya no saben levantar cabeza? ¿Será consecuencia el 'efecto Abundio', que les mueve a pensar que ellos son listos y los demás tontos?
¡Se impone ineludiblemente un plan de gestión!
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